‘Tots els ianquis que vull’

Una bandera norteamericana en la ‘Via Lliure’ celebrada el 11 de septiembre en la avenida Meridiana de Barcelona.

“Ja estan ací, venen a engronsar-me per la nit. M’allunyen la por quan toquen i canten de tot cor. Són tan alts i tan menuts, són tan grans i tan vençuts, tots els ianquis que vull. Passa la nit i desterren el desfici fora de mi. I entre els llençols eixuguen les baralles i l’alcohol. Són tan alts i tan menuts, són tan grans i tan vençuts, tots els ianquis que vull. Tots els ianquis,  tots els ianquis, tots els ianquis que vull”.

‘Tots els ianquis que vull’. Senior i El Cor Brutal

 

Esta canción sonaba pasada la medianoche del pasado viernes 11 de septiembre en los jardines del Ateneu de Sant Boi de Llobregat. Bonito lugar donde se celebra el Festival Altaveu, aunque les pediría a los organizadores que no acaben tan tarde los conciertos. Los que no tenemos coche nos quedamos sin tren y esperando a las dos de la mañana el N13. Eso sí la ruta al final me llevó a conocer una interesante fauna humana del cinturón barcelonés. Se la recomiendo a Artur Mas y García Albiol.

Volviendo a lo que ocurría pasada la medianoche. Estaba tocando una banda que he descubierto hace bien poco y que me apasionan: Senior i El Cor Brutal. Y mientras oía la canción, pensé en que algunas horas antes enmedio de la avenida Meridiana de Barcelona, llena de gente para pedir la indepedencia de Cataluña, había visto una bandera yanqui.

Allí había ido a ver el espectáculo de gente acompañando a mi generación pasada – mi madre – y la futura – mi sobrina Clara -. Son ellas las que me unen a pensar en un futuro mejor. Por lo que luchó mi madre en tiempos dictatoriales y por la belleza y la inocencia de una niña de 6 años que se mira las banderas ‘estelades’ como si viera mariposas en medio de un prado. A mi, personalmente, las patrias me dan miedo. Todas. También la yanqui, sin duda, bajo el nombre de la cual se han realizado grandes masacres.

Pero no se les puede negar a estos yanquis que ‘m’allunyen la por quan toquen i canten de tot cor‘, como dice Miquel Àngel Landete, cantante de los Senior. Gente capaz de bombardear Hiroshima, pero también cuna de cantantes y bandas sin las cuales tal vez ya no estaría en este planeta. Y es que después de ver la bandera de las barras y las estrellas en medio de la Diada, me tocó una borrachera de leyenda y realidad musical norteamericana.

Cogí el tren a dirección a Sant Boi, con mi botellita de agua – ay los nuevos tiempos de desintoxicación – , los auriculares y pañuelos de papel, ya que ando resfriado. Todo dentro de mi ‘tote bag’ anaranjada de David Bowie, porque siempre mola que algunos sepan que has visto exposiciones difíciles de ver. Aún volvían famílias enteras en el tren con las camisetas blancas de la ‘Via Lliure’, con bombos y ‘flabiols’ y canturreando ‘segur que tomba, tomba, tomba…’. Y llegué a los jardines del Ateneu, donde el festival Altaveu – con el buen olfato de Albert Puig – había reunido, además de a los valencianos de Senior i El Cor Brutal, a Howe Gelb y M. Ward. La noche prometía y cumplió.

El lider de los míticos Giant Sand tiene una de las voces más profundas y hermosas que he escuchado. Se presentó primero para sentarse en un piano y después abrir el escenario para Matthew Stephen Ward. Y entre los dos fueron compartiendo guitarras y piano para demostrar que “són tan alts i tan menuts, són tan grans i tan vençuts, tots els ianquis que vull”. Versiones de Daniel Johnston y Leonard Cohen para deleite de la parroquia que por unos momentos se trasladó del Baix Llobregat a las praderas de Arizona o a los bosques de Oregón.  Con clase, con elegancia y, por encima de todo, con la música como única redención.

Howe Gelb y M. Ward durante el concierto. Foto: F.J.R (http://agendaconcerts.cat)

Y con mucho del público largándose – ellos si sabían, seguramente, que el último tren a Barcelona se marchaba -, entraron en escena la banda valenciana de Senior i El Cor Brutal. Se merecen un capítulo aparte pero les diré que entre canción y canción, su líder proclamó: ‘Quan tingueu la independencia, si us plau, heu d’aprendre a fer millor els cubates. Catalunya és el pitjor lloc on els fan’. Así que ya sé una de las primeras reclamaciones para el gobierno de la República Catalana. Ay no, me olvidé, no puedo beber alcohol. Bueno pues les pediré que me dejen vivir en la República Independiente de la música, donde viven ‘tots els ianquis que vull’, como Howe, M. Ward y otros muchos.

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